Un personaje singular cobra relevancia durante las fiestas navideñas en los pesebres. Se trata del ‘caganer’, una figura autóctona de los belenes catalanes que entre el nacimiento, Reyes Magos y una amplia variedad de pastores hace sus necesidades en un discreto rincón.

Hoy existe una gran variedad de caganers que distan mucho del original, ataviado con la típica barretina. Actualmente, cualquier personaje popular, desde el cine a la política, puede convertirse en caganer y objeto de deseo de los coleccionistas, pero hay uno que no poseerán nunca: el que luce en la fachada de Sant Iu de la catedral de Barcelona.

Este caganer medieval es en realidad una gárgola, una de las 250 que adornan la catedral. Lo describió como tal el canónigo Norbert Font Sagué en su libro Les gàrgoles de Barcelona, editado a finales del siglo XIX. Según este, la figura representa a un hombre con barretina y la boca abierta que el canónigo califica de irreverente dada la posición de la gárgola, al realizar sus defecaciones directamente al interior del templo.

La gárgola caganer sigue en su sitio desde el momento de la Edad Media en que fue esculpida y colocada. Sin embargo, ha sufrido graves destrozos a lo largo de los siglos, de modo que hoy cuesta reconocer al caganer de no ser por el testimonio de fotografías y dibujos antiguos.

Las razones por las que alguien decidió colocar esta gárgola en el portal de Sant Iu se desconocen, aunque algunos investigadores apuntan la teoría de que la escultura representa en realidad a un cátaro defecando en el interior de la catedral para burlarse de la iglesia y su sangrienta represión contra esta comunidad religiosa.