Al bueno de Antuán lo conocí hace unos años, y era por ya por entonces todo un personaje que pillaba una tajas épicas, de aquellas que de vuelta a casa en Metro se quedaba dormido en cualquier banco de cualquier estación.
Por aquel entonces trabajaba en una tienda de discos cercana a la calle Tallers y su sueldo era algo más que escaso. Salíamos a veces por la mañana para hacer el vermut junto a otras personas que por desgracia para mí también se fueron de Barcelona como Antuán.
A veces Antuán me viene a la mente por lo bien que me caía, incluso llegamos a tocar juntos una temporada en Frecuencia Spectru.
Por culpa de su escaso sueldo Antuán casi no solía de noche, y en ocasiones tuvo que dejar de fumar porque el dinero no le daba ni para eso.

Recuerdo un viernes por la noche que sí salió de casa, y justo en un bar esperando para entrar en el KGB, Antuán me sorprendió sobremanera con una simple y sencilla frase, una frase que paso casi desapercibida para el resto pero que a mí me marcó profundamente. Esa noche mirándonos a los ojos con una sonrisa en los labios mientras daba una buena bocanada al cigarro nos dijo: “Esta noche cigarrillos, cervezas y chicas, no se puede pedir más”.
En estos momentos difíciles para todos lo recuerdo como un gran pensamiento positivo al que hay que aferrarse para no caer en la mierda que nos están metiendo esta pandilla de hijos de la grandísima puta.
Muy grande Antuán, no creo que leas esto y no lo sabrás, pero por si acaso te diré que en la banda le hemos puesto tu nombre a una canción y el lema “Cigarrillos, cervezas y chicas” no se nos olvidara nunca a nadie.
Antuán, espero que estés bien y que podamos vernos pronto o tarde, pero vernos para salir juntos de noche y decirte:

“Hoy va a ser la noche de que te hablé”