L´ILLA DE MAIANS

Desde bien pequeñito he oído decir que en la época que la gente se movía por la ciudad con caballos y carretas, y las señoras vestían con tantas ropas que tardaban más en desvestirse que en lavarse la ropa, que en el barrio donde yo nací, en ese tiempo no tan lejano, solo había sardinas, boquerones y demonios marinos haciendo de las suyas y nadando a sus anchas a lo largo y ancho de la mar. Con mi inocencia infantil me imaginaba a todos esos peces y bestias marinas con patitas caminando por las calles de mi barrio saludándose entre ellos con sus pequeñas aletas, incluso calamares a la romana con su espada, su casco y su escudo vigilando las calles y gambas con gabardina para resguardarse de la lluvia y el frío. De mayor empecé a documentarme y es cuando descubrí que realmente mi calle estaba bajo las aguas del mediterráneo y que la tierra firme más cercana que tenía era la isla de Maians. La isla de Maians como se la conocía en la edad media era un pequeño arenal a unos cien metros de la playa donde algún que otro pescador del Regomir, actualmente Barri de la Ribera, construía pequeñas casetas para guardar sus arreos de pesca. Barcelona en la edad media tenía un puerto natural donde infinidad de barcos traían todo tipo de mercancías para abastecer a la ciudad y hacer negocio con los gremios y con los judíos del Call. Todos los barcos tenían que pagar las tasas de la ciudad para amarrar en un puerto poco seguro, los barcos a menudo sufrían los azotes del temporal al no estar resguardados por ningún espigón. Dicen que el nombre de la isla se debe a un navegante ibicenco que para no pagar las tasas decidió un día amarrar su falucho en el islote cercano al puerto y así desde ahí trasladar sus mercancías en pequeños botes hasta la playa donde eran descargados. El navegante en cuestión se llamaba Maians, y como en aquella época a los barceloneses la gente espabilada les caía simpática, supongo que por ser una ciudad muy comercial, cualquier acto de valentía para eludir impuestos era bienvenido. De esta manera fue como los ciudadanos empezaron a llamar L´illa de Maians al islote de arena que hoy en día es una península y se llama la Barceloneta.

02 Lílla de Maians (Febrero 2018

Aquí os dejo la adaptación radiofónica de Natalia Argemí para su programa Todos Somos Raros Como Tú